“…¡Quién sabe si precisamente has llegado al trono para un momento como este!».”
Ester 4:14 NVI
Muchas mujeres han caminado toda su vida creyendo que no tienen un propósito en esta tierra, que no valen nada y que simplemente no son importantes para Dios.
Es esencial que sepamos que además de ser amadas y valiosas, somos también escogidas por nuestro Padre para cumplir un gran propósito en la tierra. Él nos destinó, nos dio dones, talentos, habilidades y colocó en nuestro corazón ese deseo ardiente por cumplir esos sueños que van alineados a Su voluntad.
Cuando tienes tu identidad cimentada en en Cristo, cuando han sido tus heridas sanadas y cuando rindes tu vida completamente a Él, es cuando verdaderamente empiezas a descubrir tu gran potencial y todo lo que puedes hacer para Dios.
En la Biblia vemos el gran propósito que cumplió Ester como reina; una mujer hermosa, valiente y sabia que salvó a su pueblo de ser condenados a muerte por el decreto de un hombre malvado.
En su vida, ella vivió la orfandad, pues sus padres habían muerto desde que ella era una niña. Lo que me encanta de esta historia es que eso no la paralizó, eso la hizo confiar más en Dios.
Aunque me imagino que vivió momentos difíciles, ella se aferró siempre a las promesas de su Padre celestial y fue un instrumento de bendición en sus manos. (Leer el libro de Ester.)
Otra de las mujer que Dios levantó en el siglo XIV fue a Harriet Tubman, una afroamericana que fue esclava, pero que escapó por su libertad. Ella había desarrollado una relación profunda con Dios, y en una de las visiones que tuvo supo que tenía que ayudar a libertar a los demás esclavos. Harriet confiaba tanto en el Señor, que hizo lo que Él le había ordenado; fue fuerte y valiente y contra todo pronóstico supo que quien la respaldaría sería más grande que sus adversarios.
La “Moisés” fue llamada porque libertó a tantos esclavos. Hoy en día pasó a la historia de la humanidad como una luchadora por la libertad de las personas negras esclavizadas. Harriet, aunque no era reina, no tenía estudios, era una mujer que obedecía a Dios y logró cumplir Su propósito en Él.
Ester y Harriet ambas fueron mujeres de conquista, porque cumplieron con la asignación que el Señor les entregó.
Hoy mi pregunta para ti es: ¿Estás dispuesta a cumplir el propósito que tu Padre celestial te ha asignado?
¡Él espera por ti! No tardes más, porque naciste en este tiempo para ser un canal de bendición para tu familia, amigos, y demás personas en aquello que el Señor te ha llamado a hacer.
Recibe esta promesa para ti mujer hermosa:
“Serás en la mano del Señor como una corona esplendorosa, como una diadema real en la palma de tu Dios.” Isaías 62:3
Oración: Padre celestial, gracias por darme un llamado, un propósito y por hacerme especial para ti. Hoy decido caminar para cumplir lo que me ha sido asignado, decido escuchar tu voz y dejar los miedos atrás, decido ser una mujer esforzada, valiente y avanzar en tu reino. Nada, ni nadie detendrá tu voluntad en mi vida. Me entrego totalmente a ti, y me pongo a tu disposición cómo tu hija amada que soy. En el nombre de Jesús, amén.
Un comentario
Gracias gama comunidad por tan lindas reflexiones 🤩