“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos…”
Lucas 4:18
Por mucho tiempo seguramente has caminado con el corazón quebrantado y no te has dado cuenta.
Hay heridas tan profundas que desde tu niñez has venido cargando y ni si quiera sabes que están ahí. En el mundo siempre te dicen que el tiempo lo cura todo; y es un gran error, porque lo que el tiempo hace es tapar la herida, pero ahí sigue latente sin ser sanada.
La buena noticia es que nuestro Salvador y Señor Jesús quiere restaurar todo el daño que otros te han causado. Él no solo murió por el perdón de nuestros pecados, también lo hizo para restaurar a los quebrantados de corazón, libertar a los cautivos, sanar a los enfermos. Solo necesita que le entregues tu vida y todo de ti. Él promete suplirte cada carencia emocional, espiritual, física y afectiva que has tenido durante tanto tiempo.
Hoy el Señor te pide que perdones a quien causó ese quebrantamiento en tu corazón y te perdones a ti misma por todas las veces que has cargado culpa, vergüenza y rechazo.
¡Entrégale tu vida a Jesús y tu dolor será sanado! Aunque al principio puede que no veas ningún cambio, Él está obrando de manera poderosa. Disponte a recibir cada promesa que te entrega a través de Su palabra.
Recuerda que Él te cuida como nadie más lo puede hacer, Él te ama como ninguna otra persona lo hará y te sana para que vivas en libertad para Él.
“Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.”
Salmos 147:3
Oración:
Señor Jesús gracias por la buena obra que haz iniciado en mi vida. Gracias porque tú no eres ajeno al dolor de mi corazón. Hoy Señor te pedimos que traigas libertad y sanidad a cada mujer que ha estado quebrantada, lo declaramos en tu precioso nombre que somos libres y restauradas. Somos escogidas y amadas por ti.
¡Amén!